Apéndice 1. Hare Kṛṣṇa y la oración a Jesús



Apéndice 1
Hare Kṛṣṇa y la oración a Jesús

ESTABA CON SU DIVINA GRACIA Śrīla Prabhupāda en Aus­tralia, en 1974, cuando habló en varias ocasiones con líderes de iglesias y audiencias de seminaristas. Mientras hablaba acerca del movimiento universal de saṅkīrtana, del Señor Caitanya, de cantar de los santos nombres de Dios, Śrīla Prabhupāda explicaba que los cristianos también podían participar cantando el nombre de Jesu­cristo. Él señaló que la palabra cristo, proveniente del griego cristos, está filosóficamente relacionada con el nombre Kṛṣṇa. Él también dijo que si además de cantar cristos, los cristianos dejaban de matar animales y comer carne, avanzarían en la comprensión espiritual.

Śrīla Prabhupāda ha escrito acerca de la universalidad del canto de los nombres de Dios:
El Señor es el propietario de todo el universo, y por eso se le conoce en diferentes lugares por diferentes nombres, pero esto de ninguna manera limita la plenitud del Señor. Cualquier no­menclatura destinada al Señor Supremo es tan santa como las otras porque todas están destinadas al Señor, y no existe nada en la creación que pueda impedir a nadie, en ninguna parte de la creación, cantar y glorificar al Señor por el nombre particular con que se le conoce localmente. Todos son auspiciosos, y uno no debe hacer distinciones de tales nombres del Señor como si fueran un artículo material.

Existe una antigua tradición cristiana que le da énfasis al canto de los santos nombres de Dios. El “Filocalia”, una colección de hace once siglos de antiguos escritos cristianos, de documentos en los que algunos de los primeros padres de la cristiandad oriental dieron importancia exclusiva a recitar la Oración Jesús: “Señor Jesu­cristo, ten misericordia de mí”. Estos antiguos padres vivían en aislamiento, comiendo solamente algo de pan y agua. En sus prácticas de oración constante utilizaban ejercicios de respiración y con­centración en el corazón, que nos recuerdan las técnicas de hatha-yoga de la India. Aunque las severas austeridades y visiones divinas de estos padres son inspiradoras, en la actualidad casi nadie podría adoptar tal vida de constante soledad.

La práctica de la Oración de Jesús era también común en el siglo XIX en Rusia, como describe el renunciante errante autor de “El Camino del Peregrino”. Este libro es un recuento autobiográfico de un peregrino que, habiendo descubierto las virtudes de la Oración de Jesús, erraba sin hogar por los bosques y pueblos de Rusia, pi­diéndole a quienquiera que se encontraba que recitara constante­mente la oración.

¿Pero cuántos cristianos de hoy seguirían el ejemplo del pere­grino, de negarse a sí mismo los placeres mundanos y simplemente caminar con una mochila y un poco de pan, cantando el nombre de Jesucristo? Hoy en día estamos más acostumbrados a ver cristianos de “nuevo nacimiento” justificar una vida de hedonismo en nombre de la religión. Evangelistas populares instan a sus seguidores a man­darles dinero y orar a Dios por riquezas y bendiciones materiales.

Estos contrastes extremos —por un lado la vida de austeridad y desapego del mundo material, y por otro lado la vida de una cris­tiandad materialista en la cual Dios desea que disfrutemos del mundo— son muy comúnmente las únicas alternativas para los cris­tianos. Para los cristianos sinceros esto presenta un serio problema.

Una referencia moderna que toca el mismo problema es el libro de J.D. Salinger Franny y Zooey. Nunca había leído este libro, pero había escuchado que menciona el canto de japa. Zooey dice: No es nada nuevo, por amor a Dios. Es decir, no sólo empezó con la pequeña muchedumbre del peregrino. En India, Dios sabe por cuantos siglos, se le conoce como japam. Japam es tan sólo la repetición de cualquiera de los nombres humanos de Dios. O si queremos ser técnicos, los nombres de sus encarna­ciones —sus avatāras. La idea es que si clamamos el nombre suficiente y regularmente, y literalmente desde el corazón, recibiremos una respuesta. No exactamente una respuesta. Una acogida.

En el transcurso de la historia, Franny, enferma con los far­santes del mundo y con el sistema universitario que enseña conoci­miento pero no sabiduría, comienza a cantar la Oración de Jesús. Mientras está en un restaurante con su supuesto novio, se desmaya en desesperación y es llevada a casa, en donde se retrae emocionalmente, llora y continuamente canta la Oración de Jesús. Sus preocupados padres y su hermano Zooey tratan de persuadirla de que vuelva a ser la misma de antes, y finalmente Zooey la saca de su aislamiento aconsejándole no odiar a la gente farsante del mundo, sino que permanezca desapegada. Ya que Franny es una actriz no debe retraerse del mundo, sino trabajar como una actriz al servicio de Dios.

Sin embargo la filosofía de Zooey es sentimental. Sus consejos dejan mucho que desear, como él mismo lo admite: Cuando primeramente sentiste el deseo, el llamado, de decir la oración, no te pusiste inmediatamente a buscar por todas partes del mundo a un maestro. Volviste a casa… Así que, si lo anali­zas de cierta manera, por derecho sólo te corresponde el consejo espiritual de bajo nivel que te podemos dar por acá, y nada más.

Un maestro espiritual genuino hubiera sido capaz de darle a Franny una ayuda mucho más práctica en su vida espiritual, pues él hubiera sido capaz de explicarle el arte de cómo rendir exactamente servicio al Señor cantando Su nombre, y al mismo tiempo ofrecerle los resultados de su trabajo con devoción.

El nombre de Dios es idéntico al Señor Supremo Mismo; por lo tanto al cantar los nombres de Dios el devoto entra en contacto directo con el Señor. Uno no necesita apartarse del mundo, porque todo el mundo material es la energía de Dios y puede ser utilizada en Su servicio. Sin una guía experta, sin embargo, la filosofía de uno está destinada a ser incompleta, y uno querrá o renunciar al mundo o disfrutarlo. Un devoto se puede hacer una actriz, o un abogado, un trabajador social, un humanitario, o un hombre de familia al servicio de Dios. Pero uno tiene que aprender el arte de realizar todas las actividades como un servicio a Él.

El proceso de conciencia de Kṛṣṇa ofrece muchas oportunidades para ayudar a los peregrinos, ya sean cristianos, hindúes, musulmanes o lo que sean. Se tiene la adoración de Dios en la forma de Su Deidad en el templo. Está el proceso de ofrecer alimento a Kṛṣṇa, y aceptar los remanentes como misericordia Suya. Estas prácticas espirituales son placenteras, fáciles y poderosas. Un materialista no puede comprender como Dios y Su nombre puede ser lo mismo, así como la forma de la Deidad de Dios no es diferente de Su forma original. Pero estos hechos absolutos están en las Escrituras védicas y son comprendidas por los devotos puros.

Si un peregrino no sabe cómo adorar la forma de la Deidad de Dios, o cómo ofrecer a Kṛṣṇa deliciosos alimentos y luego comer los remanentes espirituales —si sus únicas opciones son, por ende, las de rechazar este mundo y cantar en soledad, o, por el contrario, pensar que Dios aprueba una vida de disfrute material, incluyendo hasta la matanza de animales y la vida sexual ilícita —entonces él se encuentra en gran desventaja, a pesar de sus oraciones o el profesar el nombre de Dios. Solamente siguiendo la guía de un maestro espiritual genuino puede un devoto de Dios, un cantor de los nombres de Dios, sortear todas las dificultades de vivir en el mundo material, y obtener esa devoción pura y eterna por Kṛṣṇa, la cual es el fruto final de cantar.

<<< anterior        siguiente >>>

No hay comentarios:

Publicar un comentario