Capítulo Dos: La aceptación del nombre


gadāi gaurāṅga jaya jāhnavā jīvana
śrī advaita jaya śrīvāsādi bhakta-gaṇa

En el éxtasis de prema, Haridāsa lloró, y en prema Gaurāṅga lo abrazó.

Gaurāṅga dijo: ¿Dónde existe tal devoto como tú, Haridāsa? Tú conoces todas las verdades espirituales y eres en todo tiempo, trascendental a la naturaleza material. El obtener a Kṛṣṇa no depende de tomar nacimiento en una humilde familia, ni de la riqueza, el honor, el refinamiento, sino que depende de la fe. Quien quiera que tenga fe en el proceso de la adoración pura es más grande que los semidioses. Tú has comprendido que el nombre es la Suprema verdad, el medio y el fin; tú conoces las glorias absolutas del Nombre; tú eres ideal en la conducta de actividades devocionales (ācāra); y tú eres instruido y capacitado en la prédica. Haridāsa, te pido que describas las ilimitadas glorias del Nombre, porque me hace muy feliz el escuchar esas glorias de tu boca.

“Cualquiera que mencione el Santo Nombre una sola vez es considerado un vaiṣṇava, y el amo de casa deberá ser atento para respetar a tal persona. Pero alguien que constantemente está cantando el Santo Nombre de Kṛṣṇa, es aún un mejor vaiṣṇava, y está dotado de todas las buenas cualidades. Y alguien que, por su sola presencia, pueda hacer que los otros canten el Nombre con devoción, es el vaiṣṇava supremo. Ahora descríbeme exactamente todos los modos cómo las entidades vivientes siguen este nombre de Kṛṣṇa”.

Juntando sus manos con respeto, con la garganta estrangulada, y con lágrimas en los ojos, Haridāsa comenzó a hablar. Primero él dio una descripción del Nombre.

El Santo Nombre es cintāmaṇi, el objeto que nos concede todo lo que deseamos. A los materialistas les concede dharma, kāma, artha y mokṣa; a los devotos que no son fruitivos les da el amor sin mezcla y puro de Kṛṣṇa. El Nombre es ilimitado, sin principio, y absolutamente consciente, inseparable de la conciencia superior, Kṛṣṇa. Todo lo que esté en Kṛṣṇa, está en el Santo Nombre, porque los dos no son diferentes. El Nombre está situado espiritualmente, eternamente libre de la contaminación material, en un estado de bondad pura (śuddha sattva), como Kṛṣṇa. Aunque descienda al mundo material, el Nombre permanece puro, eterno, la corporificación de la Suprema Dulzura (rāsa).
Como cualquier objeto, Kṛṣṇa, la Realidad Absoluta, es conocido por cuatro características: Nombre, forma, cualidades y actividades. Pero, en el caso de Kṛṣṇa, estos elementos son ilimitados. La Suprema Personalidad de Dios se expresa mediante estos cuatro elementos, que toman su existencia espiritual mediante la energía sandhinī del Señor. Mediante estos elementos, Kṛṣṇa atrae a todas las personas del universo y, como Su nombre no es diferente, sirve al mismo propósito.

Kṛṣṇa y Su nombre no son diferentes, y así, Su nombre y Su forma tampoco se pueden separar. Si recordamos el nombre de Kṛṣṇa, también recibiremos la forma de Kṛṣṇa.

En cuanto a las cualidades, Kṛṣṇa tiene sesenta y cuatro cualidades en plenitud, las cuales están parcialmente repartidas entre sus avatāras, en Su guṇa-avatāras Brahmā y Śiva, y, hasta en número de sesenta, en Nārāyaṇa. Pero el nombre de Kṛṣṇa, tiene todas las cualidades eternas en Absoluto, que se expanden en incontables números. Los pasatiempos del Señor tienen lugar en las olas de estas cualidades en los dhāmas del Señor, en Goloka, Vaikuṇṭha y Vraja, y éstos son absolutamente espirituales.
En la existencia espiritual, el nombre, la forma, la actividad y la cualidad no son diferenciadas de la identidad real de la persona; pero por combinación con los elementos burdos que no son conscientes, la entidad viviente cubierta conoce solamente los nombres, las cualidades, las formas y las actividades que están separadas unas de otras y de su ser real. Para las entidades vivientes puras, el nombre, la forma, las cualidades y las actividades son una cosa, pero, al tomar refugio en un cuerpo material, la jīva distingue las diferencias. Puesto que Kṛṣṇa siempre está más allá del matiz material, todos estos elementos son eternamente partes de un inseparable principio. Sin embargo, entre estos cuatro elementos, mediante los cuales podemos conocer el Objeto Kṛṣṇa, nāma, es el elemento primario, porque es mediante el Nombre como todas las características se pueden percibir plenamente. Cuando realizamos la forma, las cualidades y las actividades del Señor, refugiándose en el Nombre, el Nombre es entonces aceptado como el vaiṣṇava-dharma. El mismo Señor Caitanya admitió el hecho de que mediante el canto del Nombre se pueden revelar todos los pasatiempos del Señor.

Luego, Haridāsa consideró quién es un vaiṣṇava.
Se llama vaiṣṇava aquella persona que sigue el Santo Nombre con fe e intención pura; y es llamado un semi-vaiṣṇava aquella persona que toma el Nombre, pero con la impureza de nāmābhāsa. Sin embargo, el semi-vaiṣṇava, por la misericordia de Kṛṣṇa se purifica gradualmente y, siguiendo el canto del Nombre puro, se convierte en un vaiṣṇava puro.
En cualquier caso, uno debe seguir el Nombre porque en este mundo material no hay nada comparable a ello. Es el tesoro último en el almacén de Kṛṣṇa, puesto que contiene dentro de Si todo el reino espiritual. Las jīvas, partículas de espíritu, partes de Kṛṣṇa, han entrado en ilusión en este mundo de la materia burda; y el Santo Nombre, que contiene todos los aspectos de Kṛṣṇa, que contiene el absoluto poder de Kṛṣṇa ha entrado en el mundo, precisamente para liberar a las almas espirituales. Deberíamos saber que, en el mundo, cualquier cosa diferente de la jīva, y del nombre es sin substancia.

Los nombres de Kṛṣṇa son de dos clases: primario y secundario. Al tomar refugio en los nombres primarios, la entidad viviente recibe el supremo beneficio. Aquellos nombres que son partes del līlā trascendental del Señor, se consideran nombres primarios.

Nombres tales como Govinda, Gopāla, Rāma, Rādhānātha, Hari, revelan los eternos līlās del Señor y al cantarlos la entidad viviente logra la entrada en el mundo espiritual.

Los nombres secundarios son aquellos que describen las funciones del Señor. El creador, paramātmā, brahmān son nombres de uso en karma y jñāna-kānda, y dan elevación material y liberación. Puesto que tan sólo los principales nombres otorgan el amor de Dios, los devotos admiten solamente los principales nombres.
Así como hay diferentes tipos de nombres en tipos de efectos, así mismo hay diferentes maneras de cantar los Nombres con diferentes efectos. Por supuesto, las escrituras declaran que si uno canta el nombre de Kṛṣṇa una vez o escucha el nombre de Kṛṣṇa una vez, bien sea el Nombre puro o el impuro, aun así, la jīva es liberada de las garras de la energía material. Sin embargo, se deben destacar los tipos de liberación y la velocidad de liberación. Si se canta el Nombre en nāmābhāsa (impuramente) el beneficio vendrá lentamente. Porque la persona, con el tiempo, alcanzará el amor puro de Dios, el Nombre ābhāsa es considerado todo auspicioso. Mediante el proceso de cantar nāmābhāsa, los pecados son destruidos gradualmente, hasta que el Nombre se escucha con pureza. En el estado de canto puro, el devoto realiza rápidamente el objetivo, el amor puro de Dios.

Existe también el caso de cantar o escuchar el Santo Nombre con más impureza que en nāmābhāsa, situado a mayor distancia del Nombre puro. A mayor distancia, menor efecto del Nombre. Tal obstrucción o distancia del nombre, en donde el cantar produce poco o ningún efecto se denomina aparādha u ofensa. La obstrucción de vyavadhāna (separación) es la errónea idea de que Kṛṣṇa y el Nombre de Kṛṣṇa son diferentes o separados. En otras palabras, la creencia de que la Verdad Absoluta no reside en el Nombre y que, por lo tanto, el canto del Nombre no puede llevarlo a uno a la suprema realización de la verdad, se denomina vyavadhāna o separación. Mientras persista esta creencia, el amor de Dios es imposible de alcanzar.

Además de la separación basada sobre los principios filosóficos, hay otro tipo de separación al cantar. Esta es la separación silábica de los Nombres de Kṛṣṇa. Por ejemplo, si las sílabas “ha” y “ri” se separan la una de la otra, mediante algunas otras sílabas, por esta separación silábica los efectos del Santo Nombre se eclipsan intensamente. Esto es diferente de la pronunciación de la palabra “hārām” por el yavana, sin intención, cuando se está muriendo, porque no hay separación de sílabas, en esa expresión. Por lo tanto, se clasifica como nāmābhāsa. “Ha” y “rí” separados silábicamente tienen mucho menor efecto. Entre los dos tipos de separación, la separación filosófica de los māyāvādīs es mucho más perjudicial para el progreso espiritual. La creencia de que el Nombre no es todopoderoso y Absoluto es una gran perturbación para kali-yuga, y está en discordancia con la Escritura.

Por estas consideraciones podemos entender la naturaleza real del Santo Nombre, o sea cantar y escuchar un nombre principal de Kṛṣṇa, desprovisto de nāmābhāsa, aparādha o de vyavadhāna (separación). Ese es el Nombre puro, śuddha-nāma. Quienquiera que acepte y esté cantando ese Nombre puro es conocido como el real vaiṣṇava, que puede estar en cualquiera de las tres categorías mencionadas al comienzo del capítulo. Debemos servir siempre a tal vaiṣṇava con alegría.

A fin de vencer el nāmābhāsa y recibir el Nombre puro, las jīvas deben servir al guru fidedigno con gran atención. Al hacer esto, los anarthas desaparecerán, y el Nombre puro dotado de toda la potencia espiritual bailará en la lengua de los devotos. En ese entonces, El nunca dejará la corriente de dulce néctar que emana del Santo Nombre; la jīva cantará constantemente, enloquecida por la dulzura del Santo Nombre. Con gozo el Nombre bailará, la jīva bailará y el tesoro del amor de Dios bailará. El universo entero danzará y māyā huirá.

 Se han discutido los diferentes tipos de Nombres Santos. Ahora consideremos quién tiene el derecho o adhikary del Santo Nombre. Cualquier ser humano, sin miras de consideraciones materiales, tales como clase, varṇa, nacimiento, sexo, edad, educación, tiene derecho de seguir el Santo Nombre, porque el Señor ha investido el Nombre de poder trascendental que sobrepasa todas las distinciones. Pero aunque todos tienen el derecho al nombre, solamente los que han desarrollado fe en Kṛṣṇa y en el Nombre, recibirán realmente abrigo del Nombre y lo cantarán seriamente. Luego, cualquier ser humano tiene derecho al nombre, y quién tenga fe se convierte en el practicante del Nombre.

En otras prácticas espirituales hay restricciones en el desarrollo, de acuerdo al momento, el lugar, la limpieza o el desaseo. Pero al seguir el Nombre esto no es así, porque el Nombre vence todas estas restricciones por la investidura de su poder. Mientras en los actos de caridad, sacrificio, baño, japa, etc., siempre hay consideraciones de tiempo, lugar o limpieza, al cantar el Santo Nombre de Kṛṣṇa tan sólo se necesita la fe. Y quién se refugia en el Santo Nombre, en kali-yuga, realiza la suprema perfección de la vida. La conclusión es que la entidad viviente de kali-yuga, situada en medio de māyā, debe seguir el Santo Nombre.

El practicante, el que acepta el Nombre, aunque desarrolle su práctica con las mínimas restricciones, debe aún ser cuidadoso para ejecutar todas las acciones favorables para el incremento de la devoción a Kṛṣṇa, rechazar todas las acciones que obstaculizan la devoción a Kṛṣṇa y sencillamente recordar el Nombre de Kṛṣṇa constantemente, mientras pasa su vida en el mundo material. Nunca deberá desviarse a las sendas de las acciones fruitivas, ni adorar a los semidioses. En cambio, deberá cantar el Nombre, servir a los devotos, y alcanzar la meta de la vida, Kṛṣṇa-prema.

Así, al concluir su explicación de cómo las jīvas deberán aceptar el Santo Nombre, Haridāsa Ṭhākura comenzó a llorar. Cayendo a los pies del Señor los asió y suplicó atracción por el Santo Nombre.

Para una persona que hace el servicio devocional a los pies del uttama-vaiṣṇava, Haridāsa Ṭhākura, el Santo Nombre, la trascendental piedra de toque que produce todos los deseos, se convertirá en el centro de su vida.

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