Capítulo Uno: Glorias del santo Nombre



Todas las glorias a Gadādhara y Gaurāṅga, a la vida de Jāhnavā, Nityānanda prabhu.
Todas las glorias a Sītā y Advaita, a Śrīvāsa y a todos los devotos.

A la orilla del océano de Nīlācala, en el templo de Jagannātha reside dāru-brahmanla Suprema Personalidad de Dios en su forma de madera. Habiendo descendido misericordiosamente en esta adorable forma para liberar a las entidades vivientes del mundo material, Él concede el disfrute material y la liberación. En este mismo dhāma, a fin de entregar la buena fortuna a la humanidad, para dar a conocer el dharma de Kali yuga, Śrī Caitanya, la Suprema Personalidad de Dios en la forma de un sannyāsī, vino y estableció residencia en la casa de Kāśi Miśra. Allí, junto con sus devotos, divulgó el amor de Dios a todos, justamente como un árbol de deseos da los tesoros libremente. Allí, El Señor tuvo gran cuidado de presentar las propias enseñanzas espirituales a las entidades vivientes. Lo hizo de modo que varios devotos explicaran los diferentes aspectos del servicio devocional, mientras Él se sentaba y escuchaba con gran regocijo. De esta manera, a través de la boca de Rāmānanda Rāya, Él enseñó el concepto de rasa; a través de la boca de Sarvabhauma enseñó el principio real de la liberación de Rūpa Gosvāmī, en Vṛndāvana, El enseñó los detalles de rasa, y por boca de Haridāsa enseñó las glorias absolutas del Santo Nombre.

Un día, después de haberse bañado en el océano, El Señor se encontró con Haridāsa Ṭhākura, junto al árbol de Siddha bakula y, con mente bienaventurada, inquirió a Haridāsa sobre cómo las jīvas podrían liberarse fácilmente del mundo material.

Aferrándose a los pies del Señor, mientras su cuerpo se estremecía y las lágrimas vertían de sus ojos, Haridāsa habló con gran humildad: ¡Oh!, Señor Tu līlā es muy intenso, nada tengo. Tus pies de loto son mi única posesión. Por ninguna buena razón Tú hiciste esta pregunta a una persona tan inepta como yo. ¿Cuál puede ser el resultado?

¡Oh Señor! Tú eres Kṛṣṇa mismo, que has descendido esta vez en Navadvīpa dhāma para liberar a las jīvas de Kali-yuga. Allí esparces misericordiosamente Tus pasatiempos. Si Tú amablemente sitúas esos pasatiempos en mi corazón, seré feliz. Es por tu gran misericordia que has revelado Tus ilimitados Nombres, Tus cualidades, Tu forma y Tus pasatiempos en el mundo material, para que aún los pícaros ruines como yo puedan saborearlos.

Tú eres el Sol espiritual, y yo soy la partícula de esa luz; Tú eres el Señor, y yo soy Tu eterno sirviente. El néctar de Tus pies de loto es mi fuente de felicidad; mi esperanza reside en el néctar de Tu Nombre.

Si soy una persona tan baja, ¿cómo sabré qué decir, oh Señor y maestro? Pero, debo obedecer Tu orden. Lo que salga de mi boca Te lo presentaré alegremente, sin considerar las faltas”.


Kṛṣṇa y Sus energías

La Suprema Persona, absolutamente independiente, libre para actuar según Su deseo, es Śrī Kṛṣṇa. El existe como la Suprema Verdad, el uno sin segundo; pero, inconcebiblemente, está siempre acompañado de Sus eternas energías. Estas energías nunca son independientes de Kṛṣṇa, sino que más bien están íntimamente relacionadas con El. Esto está establecido en los mantras védicos. Kṛṣṇa es la principal entidad consciente, y las energías son Sus atributos. Nunca pueden ser independientes. Kṛṣṇa puede ser llamado vibhu, el omnisciente, omnipresente, omnipotente Maestro, y las manifestaciones de Sus energías- todos los demás fenómenos existentes- pueden ser llamados vaibhava, las opulentas expresiones de Su existencia de hecho. Pero aún en medio de las ilimitadas, incontables energías expandidas a través del tiempo sin fin, Kṛṣṇa permanece separado e independiente en Su forma original. Es a través de estas energías, estos vaibhava del vibhu, como se puede percibir la presencia del Señor.

Las manifestaciones de las energías de Kṛṣṇa son de tres clases: cid vaibhava, o manifestaciones espirituales que proceden de la energía espiritual de Kṛṣṇa; acid vaibhava, o el burdo o inconsciente mundo material; y jīva, o incontables almas, pequeñas partículas de espíritu.  Así lo establece la escritura.


Manifestación espiritual de Cid vaibhava

Esta se compone de las moradas de Kṛṣṇa, tales como el ilimitado número de planetas Vaikuṇṭha; los ilimitados nombres de Kṛṣṇa, tales como Govinda, Hari, etc.; las ilimitadas formas de Kṛṣṇa, tales como la forma de dos manos que toca la flauta; las extraordinarias cualidades de Kṛṣṇa, tales como darles afectuosamente la bienaventuranza a Sus devotos; los pasatiempos de Kṛṣṇa, tales como el rāsa-līlā de Vraja y las actividades de saṅkirtana de Navadvīpa. Aunque estas actividades espirituales pueden descender al mundo material y ser visibles o perceptibles para las entidades vivientes, permanecen espiritualmente intactas para la influencia material. Todos estos elementos íntimamente relacionados con Viṣṇu o Kṛṣṇa son llamados Viṣṇupāda a lo largo de los Vedas. La palabra denota que los cit vaibhava son inseparables del Señor Mismo. Los fenómenos espirituales son inseparables de la entidad espiritual primordial.

Por lo tanto, en el reino espiritual viṣṇupada, los cambios que ocurren debido a las influencias de la energía material, māyā, no están presentes. Ese reino es trascendental al cambio material y, como Viṣṇu, El Señor Mismo, es bondad pura, sin la más mínima mezcla de pasión o ignorancia, distinto a la condición del mundo material. Kṛṣṇa y las expansiones plenarias Viṣṇu son todas de bondad pura, y, así, ya en Goloka, Vaikuṇṭha, en el Océano Causal o en el mundo material, estas personalidades permanecen sin ser afectadas, como el Señor de todos los semidioses y el Señor de Māyā.

Las formas de Viṣṇu son los Señores de Māyā en la bondad pura, y Brahmā, Śiva, etc., poseen bondad mezclada.


Acid Vaibhava

A través del Río Virajā, el límite de separación, opuesto a las formas de Viṣṇu, los reinos espirituales, los pasatiempos espirituales y todas las otras manifestaciones espirituales, yace el reino que no es espiritual compuesto de los universos de catorce sistemas planetarios. Este reino bajo el control de la energía ilusoria del Señor es llamado Devī dhāma, la morada de māyā. Está compuesto de los cinco elementos materiales (tierra, agua, fuego, aire, éter) mente, inteligencia y ego falso, los cuales forman los cuerpos densos y sutiles de las entidades vivientes. Los siete sistemas planetarios superiores y los siete inferiores están todos contenidos dentro del acid vaibhava, la manifestación no-espiritual de una de las energías del Señor.


Jaīva-Vaibhava

Mientras la manifestación espiritual, cid vaibhava, es el principio espiritual absoluto, y el acid vaibhava o mundo material ilusorio, es su sombra, las jīvas son partículas atómicas del elemento espiritual.

Porque las jīvas son espirituales en su carácter, también tienen algún grado de independencia y tienen la potencialidad de ilimitada bienaventuranza, que es natural al reino espiritual. Aquellas jīvas que se refugian en Kṛṣṇa para alcanzar esa bienaventuranza permanecen como almas liberadas eternamente asociadas a Kṛṣṇa. Pero cualquiera que, pensando en su propia felicidad egoístamente, desee entrar en la morada de la vecindad de māyā, se aparta de Kṛṣṇa y toma un cuerpo material en el universo material. Habiendo caído en la rueda de fe de las actividades continuas, buenas o malas, con sus resultados, la jīva va errante a través de todo el universo, a veces en svarga, a veces en el infierno, tomando nacimiento con un cuerpo material para disfrutar de la vida en todas las ocho millones cuatrocientos mil especies de seres.

Pero como Tú eres el Señor, el controlador de todas las jīvas, y como las jīvas son Tus energías, Tú estás siempre pensando en su bienestar. Cualquier felicidad que una jīva pueda buscar, Tú amablemente la concedes. Por lo tanto, alguien que desea la felicidad impermanente en el mundo material la logra sin dificultad por la misericordia del Señor. Todos los procesos para alcanzar esta felicidad de gratificación sensual, tales como las normas de varṇa āśrama, yajña, yoga, homa y vrata, llamados subha karma, actividades piadosas, son simplemente materiales sin naturaleza trascendental espiritual en absoluto. Los resultados de estas prácticas: elevación a los planetas superiores y goce sensual, son materiales y temporales. Así, en tales actividades para satisfacer los sentidos temporales, el alma, la jīva, permanece insatisfecha. El intento de realizar la felicidad ganando una situación temporal en un planeta superior es un grave error de la jīva.

Similarmente, el jñānī, por la misericordia de los devotos, puede desarrollar actividades de bhakti. Tal jñāna, mezclado con las actividades devocionales, también está clasificado como un sendero secundario del bhakti. Tal jñāni llega fácilmente al estado de fe en Kṛṣṇa, y rápidamente puede proceder al servicio devocional absoluto.

Las jīvas sirvientes, deseando los perturbadores frutos del infierno del mundo material, rechazan a su maestro, pero Kṛṣṇa, sabiendo lo que es mejor para su bienestar, los fuerza a dejar el disfrute (bhukti) de las actividades de karma y liberación (mukti), de las actividades de jñāna, y finalmente les concede el dulce fruto de bhakti, la devoción a Kṛṣṇa. Es solamente la misericordia del Señor, Quien está hecho de pura misericordia, lo que coloca a las jīvas en un sendero secundario que permite a la jīva llenar su deseo material durante algún tiempo, pero simultáneamente le da la fe en el proceso del bhakti. Si no fuera por la misericordia del Señor, ¿cómo podrían las entidades vivientes llegar alguna vez a ser puras y entrar a su posición de felicidad en el reino Espiritual?

En el satya-yuga El Señor entregó el proceso de meditación mediante el cual los ṛṣis se purificaron. Al lograr la purificación, el Señor les otorgó el tesoro del bhakti. Similarmente, en treta-yuga, El Señor dispuso la purificación mediante la realización de sacrificios, y en dvāpara-yuga el Señor otorgó la adoración del templo para purificación, como senderos conducentes al bhakti. Pero, al ver el lastimoso estado de las jīvas en el kali-yuga, El Señor suspendió la esperanza en los procesos de karma, jñāna y yoga. En el kali-yuga problemas tales como corta vida, muchas enfermedades, inteligencia y fortaleza menguadas afligen a las jīvas. Por lo tanto, los senderos secundarios de karma y jñāna- las prácticas de varṇāśrama, sāṅkhya, yoga jñāna, mezcladas con algunas actividades devocionales, son demasiado estrechos y obstructivos. El único resultado de estos senderos en kali-yuga es la desviación de la senda del bhakti. Entonces, si uno sigue estas sendas con la esperanza de éxito en kali-yuga, la vida simplemente resultará difícil para las jīvas.


El Sendero Supremo, bhakti y el Santo Nombre

Por eso, El Señor, pensando en el bienestar de las jīvas en kali-yuga, descendió con su Santo Nombre. El Señor descendió y predicó el sendero para kali-yuga, el proceso de Nāma Saṅkīrtana, ya que mediante este proceso la jīva puede realizar directamente el Supremo tesoro de Kṛṣṇa Prema, la felicidad real, que es llamado el sendero superior o mayor, en distinción de los senderos secundarios de karma y jñāna. En este proceso, todo lo que la jīva tiene que hacer es cantar y recordar el Nombre del Señor constantemente. Cuando la jīva impura sigue el proceso de bhakti para su purificación, él está desarrollando sādhana-bhakti, servicio devocional en práctica. Cuando su práctica alcanza la pureza y la perfección (sādhya), en otras palabras, cuando la jīva realiza prema-bhakti, las actividades de sādhana-bhakti, escuchar y cantar los Nombres del Señor, etc., permanecen como las actividades de prema-bhakti. Las principales actividades del servicio devocional son eternas. En el estado perfecto de prema, el medio (sādhana) y el fin (sādhya), o el método (upāya) y lo que se ha de obtener por el método (upeya) no se diferencian. Así no hay barreras u obstáculos entre la vida y las actividades durante el entrenamiento y en el estado perfecto. El Santo Nombre permanece constante en ambos casos. De esta manera, la jīva puede fácilmente alcanzar la trascendencia del mundo material.

Haridāsa continuó:
Soy tan sólo una persona caída y vil, tan absorta en los objetos de los sentidos. Al ser tan tonto, ni siquiera seguí Tu Nombre, ¡oh Señor!

Con lágrimas que fluían incesantemente de sus ojos, Haridāsa, la encarnación de Brahmā, cayó sin aliento a los pies del Señor.

Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura predica que quienquiera que pueda refugiarse en el Señor, en los devotos del Señor y en el servicio devocional recibe, los efectos totales del Santo Nombre, la piedra de toque que produce todos los deseos. En ese momento, el Nombre se convierte en el centro de su existencia.

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