33. Estas guirnaldas se las deberían dar a las Deidades


Una vez Prabhupāda visitó el templo de ISKCON en Vṛndāvana cuando el templo estaba atravesando dificultades económicas, así que ordenó recortes en el presupuesto. Redujo la cantidad de rupias que los devotos destinaban a las guirnaldas de las Deidades y dijo que a su propio mūrti, al de Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura y al de las dos gopīs [que acompañan a Śrī Śrī Rādhā-Śyāmasundara] no se les debía ofrecer guirnalda. Los devotos siguieron la instrucción de Prabhupāda mas contiunuaron ofreciéndole guirnaldas opulentas al propio Prabhupāda, mientras residía en el templo. Durante dos días, cuando Prabhupāda entraba al templo por la mañana, los devotos le daban una guirnalda hermosa y opulenta, y una segunda guirnalda cuando se sentaba en el vyāsāsana. Los devotos ofrecían guirnaldas pequeñas, delgadas como cordeles a las Deidades en el altar. Al tercer día Prabhupāda entró en el templo y los devotos le ofrecieron la guirnalda como de costumbre. Luego Prabhupāda se sentó en su vyāsāsana, pero cuando los devotos se le acercaron con una gran guirnalda, se enfadó: —¿Por qué me están dando esto? —gritó—. Estas guirnaldas se las deberían dar a las Deidades.
Durante los siguientes días los devotos dieron a las Deidades guirnaldas muy opulentas y a Prabhupāda una guirnalda delgada. Entonces Prabhupāda se quejó de que los devotos estaban gastando demasiado en guirnaldas, así pues, las redujeron todas. Entonces Prabhupāda pareció estar complacido. De esta manera los devotos llegaron a comprender que cuando el maestro espiritual pide agua deberían darle agua.


Entrevista con Vipramukhya Swami

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